miércoles, marzo 21, 2007

El manejo de la ira

Esta es la tarea que el Señor me ha encomendado este año: aprender a manejar la ira.
No es que explote y apuñale a todos con mis palabras dejándolos mal heridos, si no todo lo contrario: No puedo hablar cuando me enojo.
es casi absurdo, pues desde mis entrañas viene un impulso que me haría decirle los pocos garabatos que me dí cuenta que sabía a la persona que está causando mi enojo. Le enrostraría sus culpas y errores, y le haría saber quien tiene la razón... pero no puedo.
No puedo porque eso implicaría herir a personas y después entrar a pedir perdón, restaurar la relación y eso significa más trabajo.
Mi problema es que tampoco me es tan fácil deshacerme de la ira. La llevo guardada en mi vientre y puede perfectamente durarme un par de días, impidiéndome dormir, y concentrarme en cosas verdaderamente importantes.
Es difícil, no se como trabajarlo. Estoy parada y no sé como mover el asunto.
Esto me lleva a tratar de evitar situaciones de conflicto, pero que no corresponde a la realidad.
La solución momentanea que vemos con Gustvo y Marjorie es instalar una pera de Kick Boxing en la oficina... tal vez esa es la solución.